A los pies de la Sierra que da nombre a la bodega y que protege a nuestros pagos de los fríos vientos del norte, se encuentra San Vicente de la Sonsierra, villa de gran tradición vitivinícola, donde nacen nuestros vinos con una personalidad diferenciada. Trabajamos desde la premisa de un cultivo de agricultura integrada. Respetamos el binomio alta densidad de plantación y baja producción por hectárea. Apostamos por una nutrición con abonado orgánico, esparciendo nuestro propio compost –basado en estiércol de oveja-.

La vendimia que se realiza cada año es exclusivamente manual y se presta especial atención a la rigurosa selección de los frutos, que deben estar en óptimas condiciones sanitarias y de maduración. Esta recolección se complementa con la labor de separación exhaustiva de los racimos, realizada mediante una mesa de selección en la posterior entrada en bodega. La elaboración está encaminada a la mínima intervención en bodega para respetar al máximo el carácter del terruño.